Las tendencias mundiales asociadas a la globalización y la denominada sociedad de la información y el conocimiento evidencian exigencias de transformaciones y desafíos para las organizaciones. En este contexto, las organizaciones deben responder con solidez y pertinencia asegurando su viabilidad social.
Las organizaciones no son las que manifiestan determinados comportamientos, son sus integrantes en el plano individual y grupal: Ellos participan, actúan en distintas modalidades según la naturaleza de la misma organización. Estas no funcionan al azar y el éxito que se alcanza es producto de un conjunto de sinergias que, conducidas en cierta dirección, lo logran.
El éxito no viene en forma aleatoria, las organizaciones son células sociales que responden a estímulos del ambiente tanto interno como externo y, según estos, son sus productos, sus comportamientos.
Las organizaciones requieren de una conducción, una administración. Para iniciar el desarrollo organizacional, además de ubicar las características ambientales, es pertinente conocer el capital humano con que cuenta, sus talentos en función de los aportes que se esperan de cada una de las partes.
El liderazgo compartido mediante una eficiente gestión es clave en las organizaciones que aprenden; la responsabilidad, la dirección de los procesos y el cumplimiento de los objetivos se comparten en la organización en forma general y se trabaja con un enfoque sistémico; la totalidad de sus miembros se siente parte de la institución. Se experimenta un ambiente de confianza y espíritu colaborativo.
La innovación es una característica de la cultura, es parte de ella: se experimenta libertad para proponer y ser parte. Estas organizaciones tienen rápida capacidad para adaptarse a sus prácticas y satisfacer las necesidades de la población a la cual se dirigen.
Por lo tanto, cada empresa debe contar con un modelo administrativo propio, “El traje a la medida”, que responda a las necesidades puntuales y estratégicas y que armonice con nuevos valores y formas de hacer las cosas, para que el sujeto trabajador sea el protagonista de la gestión empresarial y, siempre considerando el entorno y el mercado, logrando alcanzar el desarrollo humano, organizacional y social.