Liderazgo en la innovación educativa

Liderazgo en la innovación educativa

Los cambios sociales, políticos, tecnológicos y educativos, que podemos constatar en la vida cotidiana, son cada vez más rápidos y afectan a todos los elementos del sistema social.

El sector educativo no escapa de esta imperante necesidad de transformar la gestión a través de la historia del liderazgo, ya que este influye en cada individuo para alcanzar un propósito o meta en común.

El desarrollo de ciertas destrezas o habilidades para conseguirlo, siempre en una constante relación entre liderazgo e innovación, ya que, con el transitar de los años y el cambio cultural que se percibe, se necesitan de distintos y renovados métodos en los que un líder influya positivamente en el reconocimiento y gestión del liderazgo.

Esta idea debe resaltar la importancia de entender la innovación como una parte crucial en los modelos de liderazgo que las organizaciones implementen para el éxito en la gestión organizacional.

El liderazgo, una perspectiva innovadora

El término liderazgo se asocia habitualmente a individuos dinámicos y enérgicos que lideran magnos grupos de personal (Kaufmann, 1997). Personas las cuales tienen influencia sobre la forma de pensar de los demás, haciendo que trabajen con dedicación, entusiasmo y entrega para el logro de un objetivo en común.

Son las personas que tienen ese “Don” de dirigir y encaminar esfuerzos, ideas e iniciativas, para que todas vayan orientadas hacia una misma meta, incentivando, evaluando y fomentando la participación en la que las actividades realizadas logren el ansiado objetivo.

Aunque es importante aclarar que el término liderazgo, es diferente para cada persona, de acuerdo a quien lidere, sus características, sus objetivos, y su forma de tratar a las personas, algunas de las definiciones citadas por Kaufmann son:

  • Liderazgo es “el comportamiento de un individuo cuando dirige sus acciones hacia una meta en común” (Hemphill y Cons. 1957).
  • Liderazgo consiste en “la influencia interpersonal. Ejercida en una situación y dirigida a través del proceso de comunicación, hacia el logro de una determinada meta o metas” (Tannenbaum, Wechsler y Massarik, 1961).
  • Liderazgo es “la iniciación y mantenimiento de la estructura de expectativas e interacción” (Stogdill, 1974).
  • Liderazgo es “la influencia incrementada sobre aspectos mecánicos vinculados a las rutinas directivas d una organización” (Kartz y Kahn, 1978).
  • Liderazgo es el “proceso de influir sobre las actividades de un grupo organizado hacia el logro de un objetivo” (Rauch y Behling, 1984).
  • Líderes son aquellas personas que realizan contribuciones significativas a un determinado orden social, ya las que se las percibe como haciendo estas contribuciones (Horsking, 1988).
  • Liderazgo es un proceso de dar un sentido (en una dirección significativa) al esfuerzo colectivo, y realizando asimismo esfuerzos para expandir el esfuerzo realizado (Jacobs y Jacques, 1990).

Analizando estas definiciones citadas, conceptualmente concuerdan en que, el liderazgo es la influencia lograda en las personas, basado gran parte en una adecuada comunicación, y con lo cual es importante recordar que liderar no es mandar, error en el que muchos líderes coinciden al momento de tener personas, grupos y organizaciones bajo su responsabilidad, en el que liderar se convierte en un control unilateral.

Error de líder

Cuando los líderes “Mandan”, caen en la soberbia y pretenden que sus ideas son las únicas que deben tenerse en cuenta, que tienen la verdad absoluta en sus manos, generando desigualdad y malestar, propiciando el descontento de individuos, falta de solidaridad y sentido de pertenencia por el objetivo que se pretendía cumplir.

Por lo tanto, los líderes de ésta sociedad contemporánea no deben caer en este círculo vicioso de “jefe, empleado” donde deben desarrollar ciertas habilidades, principios y valores, para alcanzar el éxito en su cometido.

El dinamismo de los cambios globales plantea a las instituciones educativas, y específicamente a las personas que las constituyen, el reto de contar con conocimientos, habilidades y destrezas siempre crecientes.

Aprender durante toda la vida se ha convertido en un nuevo paradigma, no es posible permanecer pasivos ante los reclamos de un mundo cambiante que nos reta a mantenernos permanentemente actualizados (Fullan, 1997).

Las instituciones educativas deben sistematizar los procesos de cambio, para eso es preciso que sus integrantes desarrollen nuevas capacidades como la comunicación efectiva, el trabajo colaborativo, la administración del tiempo, la mejora continua, para hacer frente al nuevo entorno.

De acuerdo con Ruiz (2007:11): “La administración de instituciones educativas está requiriendo habilidades distintas a las que se tenían anteriormente, como de liderazgo, comunicación, motivación, planeación, y actitudes de empatía, congruencia y servicio”.

La innovación educativa

La innovación es un proceso interactivo activado por la percepción de una oportunidad proporcionada por un nuevo mercado, servicio y/o avance tecnológico que se puede entregar a través de actividades de definición, diseño, producción, marketing y éxito comercial del invento.(OECD, 2013).

Innovar es dar valor a esas ideas nuevas, es mejorar lo que se tiene para satisfacer las necesidades de un grupo de personas, en espacios de su vida que pueda aprovechar; innovar es estar preparado para los cambios, en una sociedad globalizada donde se exige más calidad en los productos, servicios, y preferencias de las personas.

Para lograr la meta de la innovación la cual es mejorar y obtener un beneficio, es imprescindible cultivar una mente innovadora.

El papel del líder innovador

Los tiempos actuales piden jóvenes creativos, el constante progreso científico técnico, el acelerado desarrollo en los diversos campos, exige mentes innovadoras, despiertas, con capacidad de adaptación, capaces de encararse hacia los problemas y buscar soluciones por medio de nuevos métodos. (Jiménez, 2004).

El papel del líder innovador, consiste en hacer que sucedan las cosas que se han vislumbrado en el futuro para la institución.

Buen líder en la educación

Para que esto ocurra, es preciso que cuente con las competencias de gestión necesarias a fin de que sea capaz de propiciar un ambiente de trabajo colaborativo y diseñar un sistema de planeación estratégica fundamentado en la visión, la misión y los valores de la institución.

Para que, mediante la implementación de proyectos, programas y planes de acción bien organizados, sea posible comprometer a los integrantes de la institución para contribuir en el día a día al cumplimiento de la visión institucional y a la mejora continua.

Así mismo, es preciso reforzar las competencias de gestión directiva, a fin de materializar a través del ejercicio del liderazgo académico, la comunicación efectiva, la negociación, la conformación de equipos de alto desempeño y la planeación estratégica, las aspiraciones del Gobierno Federal y de la Secretaría de Educación Pública, de ofrecer a nuestros niños y jóvenes mexicanos una educación de calidad (SEP, 2013).

Director, un líder innovador

“El liderazgo es un acto creativo. No hay liderazgo sin innovación, pues es imposible liderar la rutina. Y no hay innovación sin liderazgo, pues la conducta humana suele ser reactiva al cambio y debe ser estimulada para avanzar hacia nuevos escenarios. Liderazgo e innovación son dos caras de la misma moneda” (Forero, 2013)

El liderazgo, como se ha expuesto, busca conseguir por medio, un particular dominio de masas, la obtención de un objetivo en común.

Para desarrollarlo y conseguirlo, es importante contar con específicos valores y habilidades, que, apoyadas en una mente innovadora, lograrán marcar una diferencia en el modo de liderar.

Inicialmente, es necesario discriminar un líder innovador de un simple líder:

Un líder innovador es creativo, motivador y visionario; por lo contrario, un líder es disciplinado, metódico, conciliador y estratega.

Con esta diferencia, no se busca situarlos en una balanza, la intención es que el líder pueda llegar a ser innovador con las herramientas y habilidades que ya posee.

¿Qué habilidades debe fortalecer un líder para llegar a ser innovador?

Dirigir con Liderazgo no con Mando. El liderazgo, ese valor que se gana con un buen ejemplo, con excelente comunicación y atención a la opinión e inquietud de los demás, el mando es solo un status, una condición, es establecer una orden para realizar una obra o un servicio de forma tal que se efectué al gusto y acomodo de quien ordenó la acción.

De forma simple, se puede resumir en que el liderazgo genera sentido de pertenencia, el mando únicamente cumplimiento.

Tener una visión clara, íntegra e inspiradora, de saber desde dónde se empieza, con que se cuenta y a donde se quiere llegar, inculca en la gente cierta confianza, por lo tanto, una mayor motivación para alcanzar las metas que se proponen, con autonomía y responsabilidad se pueden desarrollar genuinos colaboradores independientes y capaces.

Líder, visión clara

Comunicar no solo un mensaje, sino llevar una idea a cada ser racional, comunicarse con sus colaboradores de una forma que la visión sea conjunta e inspiradora para todos.

Primero comprender y luego ser comprendido, no solo facilitar un mensaje de lo que espera la organización de cada individuo, sino como es de importante su influencia en la obtención del objetivo final.

“Que extraordinario reto deben enfrentar los líderes y los educadores en todo el mundo para transmitir los valores y principios universales, y lo más trascendente: darle a los seguidores, empleados y alumnos los motivos para vivir de acuerdo con ellos».

«Pues debemos llegar a ser Líderes, pero Líderes con Valores, pues los valores deben ser el núcleo de todo el sistema; de lo contrario nos volveríamos a extraviar».

«Si deseamos un mundo mejor debemos comenzar por salvar lo mejor del viejo mundo, para luego llegar a ser agentes positivos de cambio. O sea, Líderes basados en valores de orden superior” (Forero, 2013).

El líder y el trabajo en equipo

El hecho, no es exigir el mejor equipo, sino exigirse a sí mismo, ser el mejor líder, tener el reto de ser cada vez mejor para sí mismo, poder exigir al grupo del cual hace parte y del cual quieren obtener los beneficios esperados en conjunto.

Trabajo en Equipo, contar con equipos sinérgicos, participar y dejar participar a sus colaboradores, logrando una caracterización del camino a recorrer y en dado caso del proceso, aportar conocimiento y experiencias mediante una lluvia de ideas, para lograr innovar en cada uno de los aspectos, tanto relevantes como sencillos del proceso que se está llevando a cabo.

La innovación no puede llevarse a cabo dentro de una organización, sino se cuenta con un verdadero liderazgo, ya que es el factor clave para que una organización tenga éxito y pueda ser competitiva.

Mejor líder: trabajo en equipo

No hay mayor logro, que un líder demuestre con el ejemplo como quiere que se cumplan las metas, sepa comunicarse y sepa darle el valor y respeto adecuado a las personas en las cuales quiere incentivar un sentido de pertenencia en un objetivo proyectado.

Dado que en algunos casos es un poco tedioso, el hecho de incentivar el cambio de pensamiento o el fortalecimiento de cualidades en los individuos y la cultura que compone la organización, se hace necesario, que se requerirá de un periodo de desarrollo y de un gran líder, para poder hacerlo de forma eficaz y efectiva y así fomentar el aumento de una educación innovadora y de comportamientos creativos que apoyen la estrategia de innovación.

Un Líder debe contar con ciertas habilidades indispensables para poder motivar a su grupo de trabajo, como son el dinamismo, innovación y flexibilidad los cuales generaran equipos de trabajo creativos, en donde las ideas de cada una de las personas que lo conforman serán ambiciosas en la obtención de objetivos, ya que desde un principio se ha generado un ambiente participativo y de cooperación.

Conclusión

Por lo tanto, es posible concluir que cualquier institución educativa que pretenda responder a las necesidades que el entorno plantea, ha de considerar el desarrollo de competencias de liderazgo e innovación directiva, lo que le permitirá reducir la incertidumbre, anticiparse a los cambios.

Además es necesario establecer las medidas necesarias para afrontarlos, actuando ante el entorno para lograr un efecto positivo; con base en una cultura de calidad y participación, que incluye a todos los actores educativos y les compromete con el logro de la aspiración nacional de ofrecer una educación de calidad.

Referencias

Fullan, R; Michael G y Stiegelbauer, S. (1997). El cambio educativo: Guía de planeación para maestros. México: Trillas. García Fraile, J. A.; López Rodríguez, N. M y Del Ángel Zúñiga, R. (2014). Aprendizaje y vida: construcción, didáctica, evaluación y certificación de competencias en educación desde el enfoque socioformativo. México: Pearson. Hernández Sampieri, R.; Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2006). Metodología de la Investigación. México: Mc Graw Hill (4ª. Edición). Marzano, R.J. (2001). Designing a new taxonomy of educational objetives. Experts in Assessment Series, Guskey, T.R., & Marzano, R.J. (Eds.) Thousand Oaks, CA: Corwin. Ruiz, C.I. (2007). Sistema de planeación para instituciones educativas. México: Trillas. Secretaría de Educación Pública. (2013). Programa Sectorial de Educación 2013-2018

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